Llegar a la Ciudad de Quebec en un crucero por Canadá le hará sentir que ingresa a un puerto en algún lugar de Europa. Desde su intrincada arquitectura hasta sus numerosos museos y su vibrante ambiente artístico y musical, la ciudad se erige como un testimonio vivo de su patrimonio.
Cuando recorra Quebec, verá que una influencia francesa permea todos los aspectos de la cultura y la cocina quebequenses: el francés es incluso el idioma oficial de la ciudad. Sin embargo, la provincia es única, con aspectos sutiles de las culturas inglesa y canadiense que la llevaron a ser lo que es hoy. Para realmente apreciar la complejidad de la histórica Quebec, querrá aprender más sobre sus raíces.
Quebec: historia breve
El asentamiento iroqués que se convertiría en la ciudad de Quebec fue descubierto por el explorador francés Jacques Cartier en el siglo XVI, y fue fundado como colonia de Nueva Francia por Samuel de Champlain en 1608. A través del Tratado de París, Gran Bretaña obtuvo el control temporal sobre la ciudad en 1763, pero finalmente fue devuelta a la ley civil francesa.
Durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, el general Richard Montgomery y el coronel Benedict Arnold intentaron tomar el control de Quebec. En cambio, la batalla de Quebec se convirtió en la primera gran derrota para los estadounidenses.
Desde sus inicios, a Quebec no ha tenido escasez de caos y celebraciones. El desplome del mercado de valores de 1929 trajo devastación, y la Segunda Guerra Mundial un resurgimiento económico. En la década de 1960, la Revolución Silenciosa provocó una serie de desarrollos sociales y económicos, incluida la secularización de la sociedad. En su primera feria mundial en 1967, Quebec capturó la atención mundial y creó un legado perdurable.
Quebec hoy
Cuando recorra la Ciudad de Quebec en su crucero por Canadá, verá y sentirá las numerosas culturas que conforman esta fascinante ciudad. Tómese un tiempo para apreciar la identidad que Quebec ha creado a lo largo de los años, y cree sus propios nuevos recuerdos.
